Nº 11Otoño 2019
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Editorial

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Entre el 10 y el 15 de septiembre de 2019, una ondulación de la corriente circumpolar del oeste a niveles medios y altos se cerró sobre sí misma, produciendo una depresión aislada en niveles altos (DANA) descolgada de esa corriente en chorro que, al situarse sobre el mar Mediterráneo, caliente tras absorber todo el calor del verano, propició una situación de precipitaciones intensas sobre todo el cuadrante suroriental de la península y las islas Baleares, que fueron torrenciales especialmente, aunque no solo, en las provincias de Murcia y Alicante.

Esta es la génesis meteorológica de las precipitaciones, aunque para que se presente un riesgo y este se materialice en pérdidas económicas, otros factores entran en juego: en primer lugar, una orografía que, en las zonas más próximas al Mediterráneo es, por lo general, muy pronunciada, lo que facilita la retención de la nubosidad, exacerba la precipitación y hace que las escorrentías discurran abundantemente, con poco tiempo de acumulación y mucha energía cinética. En segundo lugar, se trata de zonas de alto interés económico, con un alto atractivo para la agricultura, la industria y sectores como el turístico y el inmobiliario. Este interés económico genera una presión sobre el territorio que, a menudo, dispone sus poblaciones y sus infraestructuras en zonas expuestas al riesgo de inundación. La conjunción de esos factores meteorológicos y territoriales, incluyendo ahí los demográficos y económicos, ha hecho que este episodio de inundación haya sido el que ha generado más reclamaciones al seguro de riesgos extraordinarios por este concepto, aproximadamente 67.000, siendo hasta la fecha el segundo episodio de inundación más caro en la historia del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), con una estimación actual de daños algo superior a 500 millones de euros.

Por eso hemos dedicado este número de la revista digital Consorseguros a tratar este tema, las depresiones aisladas en niveles altos, en concreto, y el riesgo de inundación, en general. El tema de portada es un artículo de José Antonio Fernández, Director de Producción e Infraestructuras de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), sobre las causas meteorológicas de las danas y su posible evolución en el contexto del cambio climático. Este episodio ha generado también cuantiosas pérdidas en el sector agrario. Por ello, Ignacio Machetti, Presidente de Agroseguro, firma un artículo donde se incluyen, desde su perspectiva, las inundaciones de septiembre de 2019, pero que va más allá y habla del impacto general de las inundaciones en el sector agrario y su cobertura aseguradora. La importancia de este evento ha sugerido la conveniencia de escribir un artículo entre varias unidades del CCS, poniendo en contexto el peso de las danas en los principales episodios de inundación indemnizados en España. 

Como resultado de la DANA de septiembre de 2019 ha habido que lamentar el fallecimiento de ocho personas; la mayor parte de ellas por incidentes directa o indirectamente relacionados con el uso del automóvil en episodios de inundación. No ha sido un hecho aislado: en la mayoría de los fallecimientos que se siguen produciendo en España por inundación está involucrado el automóvil de un modo u otro. Por eso, Daniel Espinosa, Juan Luis de Miguel y Carlos Arregui-Dalmaces, del Centro Zaragoza para la investigación sobre vehículos, firman un artículo con instrucciones muy precisas de cómo comportarse con el automóvil en caso de inundación. La primera recomendación es evitar su uso.

En el año 2018 se presentó un estudio, financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica, sobre cambio climático e inundaciones, en el que se trata la evolución probable de este riesgo en España a mediados del siglo XXI. Gerardo Benito, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y responsable principal de este estudio, y Javier Sánchez, Subdirector Adjunto en la Dirección General del Agua, firman una reseña sobre este interesante y pertinente trabajo. Dentro de este contexto de cambio climático, en España está concluyendo la vigencia del primer Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) y se está redactando el segundo. Francisco Heras y Mónica Sánchez, de la Oficina Española de Cambio Climático, nos describen en otra contribución todo este proceso, en el que también participa el Consorcio de Compensación de Seguros. Como es habitual, completamos el número con otra reseña sobre jurisprudencia de nuestro compañero José Antonio Badillo.
Entre el 10 y el 15 de septiembre de 2019, una depresión aislada en niveles altos (DANA) descolgada de la corriente en chorro circumpolar se situó sobre el mar Mediterráneo, caliente tras absorber todo el calor del verano, y propició una situación de precipitaciones intensas sobre todo el cuadrante suroriental de la península y las islas Baleares, que fueron especialmente torrenciales en las provincias de Murcia y Alicante.

La conjunción de factores meteorológicos y territoriales, incluyendo ahí los demográficos y económicos, ha hecho que este episodio de inundación haya sido el que ha generado más reclamaciones al seguro de riesgos extraordinarios por este concepto, aproximadamente 67.000, siendo hasta la fecha el segundo episodio de inundación más caro en la historia del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), con una estimación actual de daños algo superior a 500 millones de euros.

Por eso hemos dedicado este número de la revista digital Consorseguros a tratar este tema, las depresiones aisladas en niveles altos, en concreto, y el riesgo de inundación, en general.
 
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